lunes, 16 de septiembre de 2013

LLANEROS, POR ESO, ESTAMOS COMO ESTAMOS...

Se ha preguntado usted, porque en nuestro pueblo hay pocas personas, interesadas en ayudar a la comunidad y cuando aparece alguno que si tiene deseos, empiezan los demás a criticar cual si practicaran algún deporte y buscándole las cuatro patas al gato, tratando de denostar las buenas intenciones. Siempre bajo la justificación de colores partidarios o enarbolando banderas de cuarteada moralidad.

Para entender esta actitud y las exageradas reacciones a las aspiraciones y pretensiones de otros compueblanos de querer ayudar a los más necesitados, les dejo transcrito el siguiente experimento científico que encontré en la web de Natgeo, llevado a cabo hace unos meses y cuyas conclusiones de seguro explicaran el mencionado fenómeno llanero de la apatía y la deportiva crítica.
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   En una jaula de laboratorio, instalaron cinco chimpancés, (recuerden que el chimpancé, comparte casi el 80% de los genes con el hombre). En el centro de la jaula pusieron una escalera y sobre el techo un racimo de guineos maduros. El primero en subir por las escaleras y tomar guineos, fue un joven chimpancé, quien por su juventud era muy inquieto y curioso.

Tan pronto como subió el joven chimpancé, a los demás abajo, les rociaron con agua muy fría, (recuerden que a los chimpancés no les agrada mucho el agua). En el segundo intento que hizo el joven chimpancé, para subir a las escaleras y tomar más guineos, también les fue rociado agua muy fría a los demás que quedaron abajo.

Adivinen que ocurrió la tercera vez, que el joven chimpancé intento subir por las escaleras…: lo bajaron a manotazos limpios y le dieron una tunda de golpes que el joven no quedo con ganas de volver a subir por más guineos. Pero tampoco a ninguno de los demás les dio deseos de subir por temor a ser golpeados por los otros.

Los científicos quedaron sorprendidos por esta inconducta, e intentaron cambiar los miembros del grupo, sacando uno por uno los chimpancés más viejos de la jaula y poniendo en su lugar a chimpancés más jóvenes. Que creen que pasó…: se repitió la misma conducta siempre. Los jóvenes recién llegados intentaron subir las escaleras pero siempre eran bajados a golpes, por lo que en poco tiempo dejaban de intentarlo. Al final cambiaron a todos los simios del experimento uno por uno, hasta que no quedo ninguno del primer grupo. Que creen…: ya ninguno de los del grupo aunque nunca fueron golpeados, ni mojados con agua muy fría, querían subir a la escalera por los guineos, por que los chimpancés anteriores ninguno lo hacía. Es decir se transmitió esta inconducta, aprendida a fuerza de golpes y agua fría.

Acaso este experimento no les recuerda, las inconductas de algunos de nuestros compueblanos que solo asoma una buena intención de ayudar, colaborar, asociarse o educar a otros, y saltan sobre uno como si fueran los chimpancés del laboratorio, aunque sea dicho de paso, sin golpes…. Pero con una saña tal se despotrican, se mofan, desmotivan a los demás y siempre creen tener la razón.

Por eso estamos como estamos, por chimpancés que somos.


NOLBERTO SABINO

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