Se ha preguntado usted, porque en nuestro pueblo hay
pocas personas, interesadas en ayudar a la comunidad y cuando aparece alguno
que si tiene deseos, empiezan los demás a criticar cual si practicaran algún deporte
y buscándole las cuatro patas al gato, tratando de denostar las buenas intenciones.
Siempre bajo la justificación de colores partidarios o enarbolando banderas de cuarteada
moralidad.
Para entender esta actitud y las exageradas reacciones
a las aspiraciones y pretensiones de otros compueblanos de querer ayudar a los más
necesitados, les dejo transcrito el siguiente experimento científico que encontré
en la web de Natgeo, llevado a cabo hace unos meses y cuyas conclusiones de
seguro explicaran el mencionado fenómeno llanero de la apatía y la deportiva crítica.
-
En una jaula de laboratorio, instalaron cinco chimpancés, (recuerden que
el chimpancé, comparte casi el 80% de los genes con el hombre). En el centro de
la jaula pusieron una escalera y sobre el techo un racimo de guineos maduros. El
primero en subir por las escaleras y tomar guineos, fue un joven chimpancé,
quien por su juventud era muy inquieto y curioso.
Tan pronto como subió el joven chimpancé, a los demás abajo,
les rociaron con agua muy fría, (recuerden que a los chimpancés no les agrada
mucho el agua). En el segundo intento que hizo el joven chimpancé, para subir a
las escaleras y tomar más guineos, también les fue rociado agua muy fría a los demás
que quedaron abajo.
Adivinen que ocurrió la tercera vez, que el joven chimpancé
intento subir por las escaleras…: lo bajaron a manotazos limpios y le dieron
una tunda de golpes que el joven no quedo con ganas de volver a subir por más
guineos. Pero tampoco a ninguno de los demás les dio deseos de subir por temor
a ser golpeados por los otros.
Los científicos quedaron sorprendidos por esta inconducta,
e intentaron cambiar los miembros del grupo, sacando uno por uno los chimpancés
más viejos de la jaula y poniendo en su lugar a chimpancés más jóvenes. Que
creen que pasó…: se repitió la misma conducta siempre. Los jóvenes recién llegados
intentaron subir las escaleras pero siempre eran bajados a golpes, por lo que
en poco tiempo dejaban de intentarlo. Al final cambiaron a todos los simios del
experimento uno por uno, hasta que no quedo ninguno del primer grupo. Que creen…:
ya ninguno de los del grupo aunque nunca fueron golpeados, ni mojados con agua
muy fría, querían subir a la escalera por los guineos, por que los chimpancés anteriores
ninguno lo hacía. Es decir se transmitió esta inconducta, aprendida a fuerza de
golpes y agua fría.
Acaso este experimento no les recuerda, las
inconductas de algunos de nuestros compueblanos que solo asoma una buena intención
de ayudar, colaborar, asociarse o educar a otros, y saltan sobre uno como si
fueran los chimpancés del laboratorio, aunque sea dicho de paso, sin golpes…. Pero
con una saña tal se despotrican, se mofan, desmotivan a los demás y siempre
creen tener la razón.
Por eso estamos como estamos, por chimpancés que
somos.
NOLBERTO SABINO
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