martes, 15 de marzo de 2011

NUEVE DIAS DE ILUSIONES LLANERAS


Desde los campos cercanos, los aires llenos de una dulce fragancia peculiar, entremezclados con el frio invierno agonizante, eran el claro indicio de que llegaban los anhelados días de las Fiestas Patronales en honor a “San José” Patrón Religioso de San José de Los Llanos, y era así como nuestro pueblo, vestido con un hermoso paisaje pre primaveral, exhibía feliz una sonrisa campechana.

Es en estos días, que se podían escuchar los aprestos de la Banda de Música, quienes con sus viejos instrumentos trataban de entonar los ritmos y melodías de su inacabable repertorio. Era este el aviso inminente de lo que vendría, era el inicio de las festividades esperadas por todos.

Siempre ha constituido esta temporada un escape emocional y un espacio para compartir para todos Los Llaneros. Se pone a prueba la inmensa capacidad de un pueblo para reír y disfrutar, al ritmo de sabrosa música y de su inacabable vocación de compartir, aunque sea para disculpar los malos momentos que los sinsabores de la vida prodigan a todos humanos. Las fiestas de “San José” son una convocatoria alegre para dar rienda suelta al espíritu indomable de Los Llaneros, que en la ocasión vibra y se llena de un entusiasmo colectivo que transforma la rutina diaria del pueblo en un episodio de incontables vivencias.

En la época de nuestra infancia, las tradicionales fiestas Patronales eran celebraciones donde el ingenio de los moradores se ponía a prueba cuando el Comité Organizador presentaba un programa con ambiciosas realizaciones para superar todas las celebraciones precedentes. Parecía una lucha titánica entre hombres y mujeres que dejaban flotar su imaginación para brindarle a Los Llaneros un espectáculo más digno cada vez. Era la época en que todavía las casas licoreras y cigarrilleras no habían dado el zarpazo a nuestra tradiciones populares, degenerando en fiestas plagadas de desorden y desbordamientos propagandísticos, que al final solo reducen las Fiestas, a una lucha de marcas de ron y cigarrillos.

En las fiestas de antaño, las calles principales de Los Llanos se veían engalanadas con guirnaldas y arreglos de papeles multicolores colgadas de los postes del tendido eléctrico, para servir de adorno en esas calles céntricas y así ofrecer un ambiente decorativo.

No hay que olvidar que estas fiestas patronales estaban revestidas de un hondo sentido religioso, y por esa razón respondían a un criterio parroquial influido poderosamente por los principios de la moral cristiana. En estas celebraciones todo se hacía, pero sin excesos ni escándalos, ya que si se salía de la norma, se corría el riesgo de recibir como una andanada de truenos y reprimendas, desde el púlpito dominical, en la estoica y potente voz del Padre de turno, que condenaba colérico cualquier desliz o desafuero cometido.

En los días previos a la celebración, Los Llanos vivía un ajetreo y una actividad poco normal. Las muchachas del pueblo se preparaban para concurrir a los concursos para escoger a la Reina de las fiestas de ese año. Los jóvenes en cambio, se preocupaban por lucir nuevas galas, y encargaban sus pantalones y camisas a los sastres artesanos del pueblo, que con sus prodigiosas manos, con tijera y agujas, cocían galas que hacían sentir orgullosos a sus dueños. Los mayores, por su parte, anhelaban con fuerte emoción la llegada de algún artista, de los mas pega´o a nivel nacional y en cambio, los niños ansiaban la llegada de los "caballitos," y “la silla voladora”.

Muchos noviazgos se hicieron realidad, al amparo de las fiestas patronales. La juventud vivía con nuevos bríos cada nueva edición de las fiestas, porque en ellas sentían haber andado un tramo más de las variadas vivencias del sendero de la vida, con las amplias palpitaciones de un mundo que parecía en tal temporada enormemente prometedor.

¡Cómo cambian los tiempos!

Todo el esplendor y el bullicio pueblerino que se puede acumular en las festividades de un pueblo brotaban casi de manera espontánea, en la celebración anual de las fiestas de “San José”, las fiestas patronales de San José de Los Llanos.

Los Llanos vestía sus mejores galas en esos días de grata recordación, donde muchos munícipes ponían de relieve sus cualidades ciudadanas al formar parte del Comité Organizador, que se dedicaba plenamente con un trabajo agotador a brindarle a Los Llaneros 9 días de fiesta inolvidables.

¡Qué distintos son los tiempos!


Nolberto Sabino




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