NO AL SILENCIO.
Cuando todos callen, Yo ataré mis manos a la guitarra y levantaré los párpados del mundo, con viejas canciones. Viajaré con barcos, que crecen en la espera. Volaré con cigarras, que gritan su sexo en la distancia. Nadaré con luces fragmentadas, como los ojos de todos los peces. Cargaré mis creencias, crucificadas en mi propia fe. Dormiré con la noche, escupiendo su negrura en mis ojos. Caminaré de mano de los caminos y negaremos las distancias a los ciegos caminantes.
NO A LAS DISTANCIAS
Quisiera inmortalizarte con estas líneas. Petrificarte para siempre en mi memoria. Que tu cuerpo viva en mi, como pez dormido en las olas. Daré tu nombre, a todo cuando sea hermoso. No me jactaré de repetirte en mi pasado. No me cansaré de ver tus ojos, granitos de estrellas o mariposas aventureras. Porque siempre serás la reina de mis sueños.
NO AL MIEDO
Haré cuanto sea posible, para acercarme a las nubes y ya sobre ellas, volaré al final del mundo y robaré un lucero. Voy a prenderlo del cuello de cualquiera de mis dudas. Lo ataré al silencio rojizo de una rosa. De mí, cada espacio vacío pedirá extensiones, para expandir sus alas. Solo cuando se ausente de mí la vida, necesitaré ser otro en lugar de Yo mismo y me atreveré a saltar a la nada. Pero es que necesito, necesitar de ella.
Nolberto Sabino
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