jueves, 29 de octubre de 2009

HACIA UNA AGROINDUSTRIA LLANERA

Nuestro municipio presenta un atraso histórico, muy a pesar de tener bien delimitado su espacio agrícola. Sin embargo, muchos de nuestros campos, caminan por decadencia y la pobreza extrema, mientras que los otros (los menos) intentan sobrevivir en base a una agricultura de producción de alimentos básicos que nunca dejarán de producir, ya que constituye su sostén de vida, es decir tienen una orientación a la satisfacción del mercado familiar, situación que ha perdurado desde la época de la fundación hasta hoy.

Históricamente, este municipio ha tenido su agricultura orientada al consumo interno, sin vínculos con los mercados nacionales, y mucho menos con los mercados del exterior. Además de ser una agricultura poco desarrollada, enfrenta la competencia de la agricultura comercial de alimentos de otros municipios de verdaderos productores, por lo que el municipio se sumerge en un proceso de estancamiento económico, situación que obliga a la búsqueda de actividades alternativas, pero se requiere del concurso de todas las fuerzas económicas y/o políticas y/o sociales del municipio, para diseñar estrategias y proyectos viables de producción.

El municipio ha estado ausente de la lista de prioridad de todos los gobiernos de turno. La producción de caña de azúcar fue estimulada en la región por políticas crediticias y cumplimiento de cuotas a los Estados Unidos. Esta producción no llego a sustituir completamente a la pequeña agricultura de subsistencia y no genero tampoco un efectivo desarrollo en todo el municipio, por el contrario fue incapaz de traer cambios significativos a la calidad de vida de nuestras comunidades rurales. La agricultura comercial de arroz tampoco trajo avances para el municipio, por el contrario, propició una masiva utilización de agro tóxicos en toda la zona de la Sabana del Guabatico, provocando una elevada contaminación en nuestras fuentes acuíferas. Cabe destacar que dadas nuestras características geomorfológicas, junto con las abundantes lluvias, nuestro municipio cuenta con más de 100 lagunas. La inestabilidad de los periodos de lluvia y la falta de sistemas de regadío se constituyeron en factores negativos para la actividad agrícola del arroz y por ende al desarrollo local, igual suerte corrieron los intentos de siembra y comercialización de soya.

Es esencial y necesario crear conciencia general, para poder enfrentar los desafíos que tendremos en los próximos años, enfocarnos a la planificación y proyección de un un cultivo que nos permita entrar en los mercados nacionales, manteniendo una visión a los mercados internacionales, un cultivo que vaya de la mano con la preservación del medio ambiente. Para esta nueva actividades agrícola debemos preparar estrategias de producción y comercialización, actividades que agregaran valor al producto elegido para hacer despegar nuestra agroindustria.

Nolberto Sabino