jueves, 6 de septiembre de 2012

MANUAL DEPORTIVO PARA PADRES

Este artículo, es el trabajo monográfico realizado por Federico Vindigni II Dan, para alcanzar dicha categoría.

I) Introducción
En el Taekwondo vemos normalmente, y especialmente en las competencias, a los padres de los practicantes insultando a las autoridades de cualquier tipo de evento, ya sea, por un fallo en contra de un hijo, una desaprobación que les parece injusta o cualquiera sea el motivo. Esto no afecta mucho el desarrollo de dicho evento, pero el verdadero problema es cuando aquel niño o niña, chico o chica, vuelve a su casa y recibe los regaños de sus padres o hasta, en algunas ocasiones, la agresión física, por no haber logrado el rendimiento esperado o e nivel deseado por el padre. Esto repercute claramente en la actitud y la personalidad del practicante, al querer hacer feliz a su padre.


II) La importancia del padre y la madre
Etimológicamente la palabra “padre” proviene del latín pater, patris cuyo significado es patrono, protector, defensor.

Tal vez haya en la función atribuida a padre, roles mas pensados desde el orden, la justicia, el limite, valores morales inherentes etc. por lo que se ve en la misma, aspectos mas racionales que afectivos. En cambio cuando se piensa en el rol materno se piensa mas en la contención, en el consuelo, en la protección mas de lo intimo las propias necesidades y su cobertura, primero la biológica y poco a poco las otras. En cambio la del padre es una protección mas orientada al funcionamiento y seguridad de la vida familiar, y de la familia frente al mundo externo.

Los padres y las madre son un punto importante de influencia en los niños que van a realizar una actividad deportiva, junto a los entrenadores, árbitros y directivos. Teniendo en cuanta la importancia de la influencia mutua que ejercen las actuaciones de los unos en la de los otros, y que todas acaban influyendo en los deportistas, en su desarrollo y evolución, en el abandono o adherencia al deporte.

Es decir que, las conductas y comentarios de los padres y madres, de los entrenadores, directivos y árbitros tienen una gran influencia en los deportistas; tanto en el inicio y la adherencia, o, en el mantenimiento o abandono del deporte. También en su desarrollo personal y social, como en su aptitud futura ante la vida y no solo en el deporte.

III) Clases de padres
El padre autoritario: Estos padres tratan de controlar el comportamiento y las actitudes de sus hijos y los hacen ajustarse a un estándar de conducta. Autoritarismo, significa imposición inflexible de normas de disciplina, sin tomar en cuenta la edad del niño, sus características y circunstancias, son padres que valoran y exigen la obediencia incondicional y castigan enérgicamente a sus hijos, por actuar en forma contraria a sus estándares. El padre que emplea este estilo se caracteriza por ser absorbente y centrar la atención del hijo en sí mismo, produciendo individuos dominados por la ley, la autoridad y el orden, reprimiendo en los niños, la capacidad de iniciativa y creación y todo aquello que implique modificar o atente contra estos lineamientos básicos que el cree que son los que deben respetarse.

El padre permisivo: Estos exigen menos, y permiten a los niños regir sus propias actividades, no son exigentes, ni controladores, son relativamente cariñosos con sus hijos y casi nunca los castigan.  Los padres permisivos se sienten inseguros con su rol como padres, tiene poco control sobre sus hijos y no consideran necesario castigarlos. Aquí es el niño es el que tiene el control y los padres se doblegan ante sus caprichos.

El padre democrático: Este seria un estilo de padre muy funcional, más equilibrado y equitativo, es el que va  tratar de dirigir y encauzar las actividades de sus hijos en forma racional, presta atención a sus problemas. Es consistente, exigente, respetuoso y está dispuesto a aplicar el castigo limitado pero por otros medios al de la violencia. Serian padres que ejercen su rol con autoridad pero sin autoritarismo alguno. Estos padres exhiben confianza en ellos mismos como padres y como personas, son exigentes, pero amorosos con sus hijos, los corrigen cuando es necesario, dándoles razones lógicas para su corrección y no usan el castigo físico.

IV) Características de los niños según la clase de padres
Los niños cuyos padres son autoritarios, tienden a tener logros escolares pobres ya que la presión que ejercen los padres, a través de los golpes y regaños causan en él inseguridad, temor, reprimen la iniciativa y la creatividad y no pueden desarrollarse plenamente en sus capacidades, también tienden a tener problemas de hiperactividad y desobediencia. En general tienden a ser introvertidos, con tendencia a aislarse, inseguros, tienen una baja autoestima, son impopulares, muestran dependencia hacia el padre que los golpea, prefieren ser golpeados a ignorados.

Los niños de padres permisivos tienden a ser indulgentes, inadaptados sociales, destructivos  generalmente son los menos autocontrolados, tienen logros escolares bajos, son agresivos, inmaduros, mentirosos, desobedientes, inseguros, inadaptados, con baja autoestima y frustrados. En ocasiones cuando la permisividad se mezcla con hostilidad puede llevar a los niños a la delincuencia, aunque, no siempre por supuesto.

Los niños de padres democráticos tienden a ser los niños con mejores logros escolares, porque los padres les dedican tiempo en la realización de las tareas escolares, les clarifican las dudas, recompensan las conductas apropiadas y se enfocan menos al castigo físico y solo recurren a él cuando lo consideran necesario. Generalmente son los niños mas seguros, competentes socialmente, presentan menos agresividad y hostilidad, tienden a ser independientes con una mayor autoestima y autocontrol.

V) El deporte en la vida de los niños
Muy comunmente, cuando un niño alcanza cierta edad (entre los 6 y 11 años) los padres alientan a sus hijos a escoger (en el mejor de los casos, ya que a veces esta situación es impuesta sin importar los intéreses del niño) una actividad deportiva para iniciarse en un entorno diferente al que pueden ofrecer las escuelas o, mismo, el entorno familiar. En definitiva, para que estos hagan nuevas amistades y conozcan nuevas personas.

Esto trae aparejadas ciertos beneficios tanto a nivel físico como mental y emocional. El niño a través del deporte logra desarrollar destrezas y aprender nuevas habilidades, es más, descubre algunas que quizas él nunca hubiera creido capaz de realizar. Desarrolla su personalidad a través de la motivación generada por la competencia. Fortalece su autoestima respetandose y aceptandose a si mismo y por sobre todo reconociendo sus fortalezas y debilidades. Desarrolla habilidades sociales: aprender a desempeñar un rol determinado dentro de un equipo y además logra reconocer al otro, tanto como su compañero como un rival. Aprende los conceptos de igualdad mediante un reglamento impuesto que reconoce a todos por igual y estableces posibilidades y límites. Desarrolla los procesos de percepción, evalución, desición y acción generando en sí mismo un sentimiento de confianza y de cierta independencia.

Obviamente, ninguno de estos beneficios son instantáneos y tampoco son fáciles de conseguir. Sino que deben ser cuidadosamente planificados y reforzados por los adultos. Esto es posible cuando el entorno, ya sea padres maestros o entrenadores, respeten la natural maduración del niño, los intereses y sus respectivas capacidades.

VI) Relación padre- deportista
En la actualidad resulta muy habitual encontrarse en competiciones deportivas infantiles con padres en estados de alteración poco imaginables para la situación, o buscando reprender a los árbitros por sus fallos o contradiciendo a los entrenadores por sus decisiones.

La mayoría de de las veces los padres y los entrenadores, suelen equivocarse al considerar al deporte juvenil como si fuese un deporte profesional. El deportejuvenil tiene su fundamento como proceso educativo, como proceso de aprendizaje y de adquisición de habilidades y conductas relevantes para el niño.

El asociar confusamente al deporte juvenil con una empresa deportiva como lo es el deporte profesional, resulta completamente perjudicial para el deportista. Pero se sabe, que la mayoría de las veces, los niños deportistas obtienen al finalizar el juego premios o castigos en función de sus resultados.

Es primordial que tanto los padres como los entrenadores recapitulen al deporte juvenil como un proceso educativo el cual es un medio y un fin en sí mismo.

Ni la postura del padre fanatizado y obsesionado por el resultado, ni la del padre absolutamente descomprometido favorece al desarrollo de los deportistas infantiles.

VII) Clases de padres en el deporte
Los padres tienen un papel muy importante en la formación deportiva de sus hijos, tanto como el del entrenador, ya que contribuyen a generar los hábitos deportivos del joven practicante. En ocasiones los padres pueden tener un comportamiento negativo frente a la práctica deportiva de sus hijos que pueden llegar a rechazar el deporte como medio de diversión y formación. ¿Qué tipos de padres podemos observar en este sentido?

El padre fanático: Es aquel que busca la victoria de su hijo por encima de todas las cosas. No respeta las decisiones de los árbitros y jueces, utiliza vocabulario hostil, incluso contra su propio hijo, siempre esta protestando y ve con buenos ojos las trampas, los engaños a lo violencia si ello conlleva la victoria.

El padre deportivamente frustrado: Son padres que han querido destacarse en un deporte y no lo han conseguido. Son deportistas frustrados. Suelen escoger para sus hijos la actividad en la que ellos han fracasado, sin tener en cuenta las preferencias de los niños. Los regalos e incentivos giran entorno a ese deporte, e invierten tiempo y dinero para formar al niño en una actividad que no siempre es de su agrado. Esta actitud suele provocar rechazo e incluso odio hacia el deporte preferido del padre, porque no siempre coincide con los gustos deportivos del hijo.

El padre entrenador: Este perfil de padre, busca en su hijo un deportista de élite. Como norma general obvia el placer de juego por el entrenamiento duro. Este tipo de entrenamiento provoca riesgos fisiológicos y psicológicos ya que ni el organismo ni la mente de un niño están preparados para un sobreentrenamiento. También este tipo de padres suelen desatender los consejos de los entrenadores y maestros, ya que piensan que todo lo saben.

El padre representante: La figura del manager, llevada a la paternidad. En niños que presentan buenas cualidades físicas o deportivas, el padre ofrece “los derechos” deportivos de su hijo a un club o entidad deportiva. En definitiva, hacer negocio a cuenta del hijo. Incluso puede provocar un cambio de quipo del niño, sin tener en cuenta sus preferencias o su grupo de amigos.

El padre indiferente: Se asocia a padres que les da igual que sus hijos practiquen deporte o no. Simplemente apuntan a los niños a un club deportivo para que pasen tiempo entretenidos mientras ellos realizan otras actividades.

El padre sobre-protector: Típico padre que prohíbe a su hijo realizar actividades físicas o deportivas porque son capaces de generar lesiones o golpes. Suelen preferir que su hijo juegue a los videojuegos a que practique deporte alguno. Con esta actitud inhiben el derecho fundamentalmente del niño de jugar, de relacionarse y de crecer en un ambiente social, colectivo y grupal.

El padre deportivo: Apoya e incentiva la práctica deportiva entendida esta como un proceso formativo integral que fomenta la relación social y la integración grupal. Tiene en cuenta los intereses deportivos del niño y no los suyos. Sabe distinguir entre la peligrosidad y la sobreprotección. Practica siempre que puede actividad física con sus hijos. Respeta las decisiones del entrenador y de los árbitros, enseñando a sus hijos que el juego también tiene normas que han de ser tenidas en cuenta para poder pasarlo bien. Hacen ver a sus hijos que la finalidad del deporte escolar, es la recreación y la socialización, por encima de los resultados deportivos. Enseña a ganar con humildad y a peder con deportividad. Recrimina la falta de respeto por los compañeros, rivales, entrenadores o árbitros. Y lo más importante fomenta la deportividad y no la violencia.

VIII) Tiger Woods, un ejemplo para no seguir
Tiger Woods, el famoso número uno del mundo del golf, tuvo un padre que lo presionó y lo cargó de responsabilidades desde temprana edad. Sin duda en muchos casos la presión que han ejercido los padres sobre sus hijos a rendidó sus “frutos” y han resultado en los logros esperados. Pero de cada Tiger Woods, que a fuerza de soportar presiones desde chico logra llegar a lo más alto del deporte, en este ejemplo a nivel mundial, hay un millón de frustrados en el camino.

IX) Características de los padres presionadores
Sin duda alguna, sería muy díficil establecer un estandár de padre deportivo y democrático tanto como el estandár de uno presionador cuyo único interés sea la victoria de su hijo por sobre todas las cosas. Pero sí se puede mencionar algunas de las caracteristicas de estos:
  • Se hacen entendidos y especialistas en el deporte de su hijo.
  • Saben todo (o al menos eso es lo que creen).
  • Van a todos los eventos deportivos y a la mayoría de los entrenamientos.
  • Averiguán toda información que sea útil.
  • Insultan al árbitro y a las autoridades de los eventos.
  • Son abonads de la “viveza criolla” y catalogan de “tonnnto” a su ijo cuando no hace uso de ella.
  • Le compran la mejor ropa y lo llevan a que hagan tests, dietas, etc.
  • Se sienten parte integrante de la “comunidad deportiva”.
  • Están de mal humor cuando su hijo pierde.
  • Piensan en cambiar de institución o entrenador cuando los logros esperados no son cumplidos a causa de que el entrenador no sabe.
  • Están exultantes cuando gana y si su hijo gana una medalla se la cuelgan en el cuello.
  • Hablan con lenguaje técnico y creen que todos saben y están interesados acerca de las hazañas de su hijo.
  • Palmean a la espalda de sus hijos cuando cuentan sus triunfos delante de sus amigos.
  • Le controlan los horarios al hijo.
  • No se preocupan demasiado porque el hijo estudie.
X) Beneficios del deporte en la infancia
El deporte es en los niños una gran oportunidad de desarrollo y maduración, no sólo física sino también mental y emocional.
A través del deporte el nió logra:
  • Desarrollo de las destrezas y aprendizaje de las habilidades.
  • Desarrollo de la personalidad a través de la motivación para la competencia. Fortalecimiento de la autoestima en el respeto y aceptación de sí mismo, de sus fortalezas y debilidades.
  • Desarrollo de las habiliadades sociales. Aprendizaje de su rol dentro de un equipo de reconocimiento del otro ya sea como compañero o rival.
  • Aprender a aceptar un reglamente que es igual para todos y que lo lleva a aceptar posibilidades y límites.
  • Desarrollo de los procesos de parcepción, evaluación, decisión y acción. Todos estos necesarios en el proceso de formación y aprendizaje del gesto deportivo y su aplicación en las distintas situaciones del juego y competencia.
Todos estos beneficios no son automáticamente transmitidos por la mera participación en el deporte sino que deben ser cuidadosamente planificados y reforzados por los adultos. Esto es posible cuando el entorno ya sea padres, maestros o entrenadores, respete la natural maduración del niño, los interesés y sus capacidades.

XI) Conclusión
Como ya hemos visto, la particpación y la práctica de un deporte, cualquiera sea, es una oportunidad que a un chico le da muchas posibilidades de desarrollo, tanto físicas como mentales y también en el aspecto social. Todo esto dado en un ambiente deportivo ideal que no siempre esta presente.

Los interesés de los padres, maestros e intructores deberián ser puestos de lados en todo momento para permitirle a niño/a que se ha decidido por la práctica de un deporte, difrutarlo en su estado máximo y puro.

También es necesario que se entienda a la competencia amateur y juvenil como evento formativo en el cual más alla de todos los rivales que uno deba enfrentar, la verdadera lucha y el verdadero objetivo es la lucha con uno mismo, ya que no son pocas las emociones que uno siente al estar parado en un ring frente a un adversario. La superación de uno mismo debería ser el verdadero premio en las competencias, y las medallas o trofeos un simple reconocimiento al esfuerzo y las capacidades demostradas dentro la competencia.

Los aspectos profesionales del deporte deberián ser recién tomados en cuenta, cuando el deportista tenga la madurez física y mental para poder afrontar el entrenamiento y sobre todo la carga emocional que eso conlleva. Ádemas debería ser una desición personal que no debería estar influenciada por ningún tipo de concepto cosechado por alguna otra persona.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

LA GENERACION LLANERA DEL TROMPO Y EL YO-YO

Definitivamente que la nuestra es la generación de las transformaciones. Hemos sido testigos de acontecimientos y hechos sorprendentes e irrepetibles, que cambiaron o cambiaran el curso de la historia.
Nosotros, no estuvimos en la Guerra Civil de Abril del '65, ni corrimos delante de los cascos negros en la UASD en los funestos 12 años de Balaguerato post Trujillista, y nuestra memoria histórica comienza con el ascenso al poder de Antonio Guzmán en 1978. Somos la última generación de idealistas Somos la última generación que aprendió a jugar en la calle a las placas, al topa'o, al trepegate, a las bolas, a las gomitas, a correr con una rueda y dos palos por todo el pueblo, que disfruto de bañarse en el Rio Caganche, que tiro anzuelos en la Laguna de Miguel Ángel, en la Cueva, en la Altamiza.
Asistimos a las ultimas misas oficiadas en la Iglesia Vieja en el Parque, los últimos que disfrutaron de las fiestas de los Bravos del Este, que se dieron cita a los domingos familiares en La Charca, en la Cuevita, En la Barra de Macho Pérez, en la Barra de Felito Sabino, Los últimos que asistimos a las funciones del Cine en la calle Vicente Celestino Duarte. Somos esa generación que aclamo a viva voz la participación de Prudencia Ponciano en el Festival de la Voz que organizaba el Show del Mediodía.
Somos la generación que se preparo técnicamente para el futuro en el Instituto Dr. Ciprian Santana, los mismos jóvenes que vieron por última vez las organizaciones MOCULLA, ADEULLA, CLUB DIMENSION 24, ASOCIACION DE LLANEROS AUSENTES, los últimos que leyeron la revista ADELANTE LLANEROS, somos esa generación que asistió al último juego de pelota en San Pedro de Macorís cuando ganamos la primera vez el Torneo Amateur.
Esta generación que se alimento con SOLDADITOS DE CHOCOLATE, que disfruto del Show DEL SHERIFF MARCOS, EL CAPITAN GALAXIA. Somos definitivamente la última generación que escucho por radio las emisiones de la GUARACHITA, que se deleito con los capítulos de KALIMAN Y SOLIN, o que se desvelaba por ver EL HOMBRE INCREIBLE, O LA MUJER BIONICA, EL AUTO FANTASTICO, o tal vez un poco más atrás EL GRAN CHAPARRAL, EL LLANERO SOLITARIO, IVANHOE, GASPARIN, o tal vez vio a JACINTA PICHIMAUIDA, CRISTINA, ENTRE EL PUÑAL Y LA CRUZ, EL CONDE DE MONTE CRISTO, LA LOBA, SOMBRAS TENEBROSAS.
Y es que somos una generación privilegiada, vimos el paso del Cometa Hanlley, la llegada del año 2000 y la crisis del Y2K, somos la primera generación que jugó videojuegos. Fuimos la última generación que conoció a BUCHE en el zoológico viejo, que pudo relajar con la Elefanta MAMI. Somos los chicos que asistieron a los Espectáculos de Menudo, de los Chamos, que aplaudía a millón al MONITO KIQUE.
Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos 'tollos' como: Melrose place o La Novicia Voladora, Lucan el niño Lobo, y muchas otras pendejadas, que gustaron en su momento, pero... vuélvelas a ver, verás que aburrimiento.
Somos la generación de Compañeros, de los Compatriotas, de los Camaradas... Lloramos con la muerte de la Madre Teresa, con la puta madre de Marco que no aparecía, con las putadas de la Señorita Rottenmayer, o las vagabunderías de La CANDY repasando a los primos.
Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso. Nosotros aprendimos primero, lo que eran los comunistas, hasta que se cayó el Muro de Berlin y Gorvachov decreto LA PERETROIZCA en Rusia. Conocimos que era el APARTEI en África del Sur, nos involucramos en las Revoluciones de Nicaragua, El Salvador, Guyana, Angola y otras.
Nos sorprendimos cuando una Becaria le chupo el pito a Bill Clinton; gritamos GO HOME YANKIS, sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe en abril del 1965. Escuchamos música en Bitrolas, toca discos, Belloneras, supimos lo que era un disco 45 o sencillo, Vimos los discos LP, las cintas, los cassettes. Somos la generación que uso los primeros celulares, que discutió en las Universidades de La Globalización, de la Reingeniería, de Calidad Total.
Nos emocionamos con Superman, ET, En busca del Arca Perdida, Indiana Jones. La generación a la que le entraba la risa floja cada vez que veían a Freddy Beras Goico, Cuquin Victoria y Boruga en el Show del Mediodia, que se mataba con cualquiera luego de ver LA LUCHA LIBRE y victorial a JACK VENENO. Es que somos la última generación cuerda que ha habido. La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia.  
Nosotros viajábamos en guaguas públicas sin cinturones de seguridad, sin sillitas especiales para niños, sin air-bags, hacíamos viajes de más de 2 horas sin descanso desde Los Llanos hasta Santo Domingo, con cien personas apretujadas en la guagua y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños.
Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y solo volvíamos cuando se encendían las luces. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables, salvo el clásico 3 con 15 que dictaban en la Fiscalía. Nos abríamos la cabeza jugando a guerras de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con Mentiole y unos puntos y al día siguiente todos contentos.
Íbamos a clase con un solo cuaderno y de libros solo el de la profesora si acaso, rara vez íbamos con algún chele pa'l helado, tenemos en el brazo la marca de LA VACUNA TRIPLE (DTT). Sólo nos contagiábamos con Piojos, Conjuntivitis, o Paperas. Fuimos los últimos en usar el Correo y el Telégrafo para comunicarnos.
Sin lugar a dudas, fuimos y somos la mejor generación.

Nolberto Sabino











martes, 4 de septiembre de 2012

UN LLANERO DESTACADO

EMELYN BALDERA
Tomado del Listin Diario 18/07/2008
Santo Domingo.- Cuando Héctor Jiménez, conocido en el medio artístico como “La Batea”, comenzó a estudiar trompeta, nunca pensó que de este oficio viviría, no sólo él, sino toda su familia. Todo comenzó en San José de los Llanos cuando apenas tenía 11 años y desde entonces no ha parado de trabajar.

Lo suyo era la música popular. Antes de dar el salto estuvo en las bandas de música de su pueblo para luego entrar a esta experiencia de los grupos musicales. En definitiva, más de 25 años al lado de su instrumento preferido: la trompeta.

La historia de “La Batea” plasma la vida de muchos hombres y mujeres que descubrieron en la música un modo de vida que los absorbe y, sobre todo, los apasiona, aunque para ello han tenido que sacrificarse mucho. PAG. 10 Las agrupaciones se han nutrido de músicos de todo el país que descubren en lo popular la mejor manera de ganar  dinero.

En muchas orquestas nacionales los músicos tienen más de 30 años, lo que los convierte en una gran familia. Un caso es el de Los Hermanos Rosario, adonde pertenece Héctor Jiménez. Casi todos sus músicos tienen más de 10 años de servicio en la orquesta.

La tarifas de los músicos varía, dependiendo de su destreza y de la orquesta para la que trabajen, además de las presentaciones que tengan. Los Rosario, Eddy Herrera y El Torito son de las orquestas más organizadas en ese sentido.  

Ser músico es un oficio que dignifica y apasiona  “Sin mi no hay fiesta”

Muchos son los hombres que cada día honran la palabra trabajo. En el arte, una parte importante lo son los músicos.  De ellos depende que nuestros ritmos se sigan expandiendo y sobre todo enriqueciendo.

Son diversas las formas a través de la cual un joven o niño se hace músico o aprende a ejecutar  un instrumento, sin embargo en nuestro país, la tierra del sabor, del merengue y la bachata (que ya no se puede obviar), en cada músico hay una historia que escuchar.

Es por ello que en este trabajo presentamos cuatro historias que corresponden a nombres conocidos para algunos y desconocidos para otros, que hacen valer el significado de la palabra trabajo. A Amaurys Colón, Héctor Jiménez, (La Batea), Ramón Aquiles Rosario e Isaías Leclerc, el contacto con la música les cambió la vida hasta el día de hoy.
Héctor Jiménez es el más adulto del grupo y no le da miedo que lo digan. Se inició con apenas 11 años en su pueblo, San José de los Llanos; allí hizo su primer encuentro con el que sería el oficio de toda su vida. La trompeta fue el instrumento con el que hizo química. Su destreza para tocar este instrumento musical lo ha llevado a obtener el título de primera trompeta.

Muchos han sido los jóvenes que se han contagiado con su estilo de tocar, que a él le gusta enseñar. Su paso por orquestas tan importantes como la de Johnny Ventura, Juan Luis Guerra y Los Hermanos Rosario, le ha permitido reunir una experencia interesante en torno a las orquestas y a los diferentes estilos de tocar un buen merengue. Su mayor satisfacción de ser músico es el haber podido lograr la estabilidad económica y así sustentar a sus cinco hijos.

“En un momento pensé en retirarme de esto por el trajin que había que coger pero no pude hacerlo, en realidad uno vive esto que uno hace”, comenta “La Batea”, como se le conoce en el medio artístico. Él ha ido preparando su retiro aunque todavía no sabe hasta cuándo seguirá soplando su trompeta, por eso decidió junto a su esposa, comenzar en el negocio de las medicinas con una farmacia, ya hace un tiempo de eso y ha logrado expandir el negocio con la apertura de una segunda farmacia.

“Realmente he pensado que cuando me retire de la música puedo dedicarme a atender mis negocitos con más tranquilidad”, asegura el primer trompetista que actualmente está hace más de 13 años con Los Hermanos Rosario. Él asegura que ha vivido únicamente de la música, de su trompeta y de alegrar a la gente, pero claro, “siempre y cuando uno esté con una orquesta reconocida y que tenga presentaciones periódicas”.        

Otro que tiene una experiencia rica es Ramón Aquiles Rosario apodado “Papi Rosario”. Aunque muchos no consideren musico a un güirero, él se ha tomado muy en serio su trabajo. Siendo sobrino de los hermanos Rosario estuvo desde el inicio a su lado, cuando todos tenían apenas 11 años y tocaban con instrumentos hechos por ellos mismos.

Quizás un solo año estuvo fuera de la orquesta, pero luego ha estado siempre en ella con su güira. Es padre de cinco hijos y hasta ahora los ha mantenido con sus manos. Su mayor satisfacción ha sido el poder conocer el mundo de manos de la música. Ramón no piensa abandonar su güira por mucho tiempo, aunque ya tiene unos cuantos años.
Isaías Leclerc es un joven músico de Santiago Rodríguez. En su familia la música flechó a muchos incluyendo a su hermano Miguel, mayor que él. A sus 34 años sueña con muchas cosas en torno a la música. Todo lo que es hoy día y tiene se lo ha dado la música y en específico su bajo.

Siendo pequeño era un “fiebrú” y tenía contacto con muchos instrumentos; fue así que aprendió a tocar flauta, piano y bajo. Su decisión de quedarse con el bajo sucedió un día que hacía falta un músico de este instrumento y él dijo que se quedaba tocando bajo.

Tuvo la formación principal en su pueblo aunque posteriormente salió de allá. Hoy día Isaías Leclerc es el bajista de Héctor Acosta; anteriormente fue de Los Toros Band y estuvo en otras orquestas. “Me decidí por el bajo por una necesidad, sin embargo, sin un bajo no hay fiesta”, dice sonriente el joven músico que se abre paso como arreglista.

Son muchos los temas que ya ha arreglado, uno de ellos se convirtió en merengue del año en los premios Casandra del pasado año, su título; “Como me curo”.

La bachata que tanto gustó de El Torito, “Sin perdón”, también tiene sus arreglos. Ahora trabajo como el productor musical de la propuesta de Rafely Rosario. En unos años se visualiza con su propio estudio de grabación y dedicado de lleno a esta área de la música.