Sin lugar a dudas, que la
historia de la humanidad está marcada por las pequeñas ideas, los pequeños
descubrimientos, los pequeños inventos. Son estas, las fuerzas que han
motorizado al ser humano en el transcurso de su historia.
En la edad prehistórica, el
hombre descubrió el fuego. Este conocimiento le permitió al hombre salir de las
cuevas donde se refugiaba en las noches, le permitió cocinar los alimentos y
aprovechar mejor las proteínas, lo que a su vez le permitió incrementar su
cerebro y su inteligencia. Con el conocimiento del fuego, el hombre transformo la
madera y los metales para con estos hacer herramientas.
Posterior al descubrimiento
del fuego, el hombre invento la rueda. Esta pequeña herramienta, le dio paso a
las grandes maquinas que hoy en día conocemos, carros, maquinarias etc.
El uso de pulpas de madera
del árbol Papiro, dio como resultado la invención de los libros y el
mejoramiento de la palabra escrita. Es a partir del nacimiento del libro que la
escritura se universaliza, ya que hasta ese momento su uso con tablillas de
arcilla estaba únicamente en manos de eruditos.
Otra de los pequeños
descubrimientos que han revolucionado la humanidad, surge también del
conocimiento y manipulación de la resina de un árbol, el Caucho. El Caucho es
el artífice de muchas de las transformaciones que ha sufrido la humanidad, es a
partir de sus moléculas que se descubre el plástico y no es secreto para nadie,
que con el invento del plástico, el hombre ha dado grandes saltos cuantitativos
en su búsqueda de mejoras de su condiciones de vida, tanto así que hoy día, no
se concibe una sociedad sin uso del plástico.
Pero sin lugar a dudas, que
la mayor de las revoluciones en la sociedad moderna, la motorizan los inventos
a partir de una pequeña idea, el uso de 1/0. Es con estos simples números que
la tecnología ha despegado, ellos constituyen el medio de comunicación de los
computadores. Toda la tecnología parte del simple uso de Ceros (0) y Unos (1).
Entonces Lllaneros, para
conseguir las transformaciones que la sociedad Llanera requiere, no se
necesitan grandes ideas, o enormes y colosales herramientas, o sofisticados e
intrincados inventos; lo único que necesitamos son pequeñas realizaciones,
pequeños aportes de cada uno de los Llaneros consientes, pequeñas herramientas
que nos provean recursos para movilizar las voluntades dormidas.
Necesitamos pequeñas
instituciones que verdaderamente funcionen, que sean entes de cambio.
Necesitamos ideas frescas y quienes conviertan estas ideas en motores económicos
y sociales.
Llaneros, si no somos
capaces de grandes realizaciones, de empresas estructuradas, de instituciones
solidas y vanguardistas, por lo menos seamos una sociedad de ideas, y quién
sabe si de estas pequeñas ideas, surjan los grandes inventos, las grandes
realizaciones, o las herramientas que nos lleven al desarrollo.
Esta es, tan solo mi pequeña
idea.
NOLBERTO SABINO